sábado, 28 de octubre de 2017

Piedras de río en un lago gigante

Creo que la forma que tiene mi cerebro de explicar que estoy en un lugar ya organizado y donde me conocen y donde evidentemente viví, pero que no recuerdo, es hacer como que tuve amnesia o algo así. Ah, estoy hablando de los sueños. Es como que yo sé que medio soy una intrusa, o que no recuerdo nada, pero el resto me conoce (y no les digo que no recuerdo nada). Es un poco divertido ir descubriendo un montón de cosas y que la gente ya tenga confianza conmigo, pero la verdad es que no ayuda a mi trastorno de ansiedad o como se llame (especialmente en lo social). Ahí la pifiaste, cerebro. Ayudame un toque, no me hagas estar tensa en un sueño. 

Lo bueno de ser una tensa es que tengo los músculos bien ejercitados aunque no haga otro deporte.

Estaba en una costa hermooosa, de un lago gigante, con piedras redondeadas y coloridas que entraban justo en la palma de mi mano, con partes de arena, con islas de roca cerquita. Pasado el shock y reconocimiento iniciales (ah, pude volar para ver las islitas de cerca), yo estaba re feliz por estar en un lugar tan paradisíaco. Pero la gente estaba rara, como en modo supervivencia. Con algún peligro constante. Yo re naive (suelo serlo, y también preocupona de más). Estaba mi hermana y algunas personas más, no muchas. Pasó un grandote de barba y pelo morocho por la costa -en ese lugar era todo tan genial que se podía vivir con la mitad del cuerpo en el agua-, y le tiré onda. El chabón -aunque parco- dejó notar que estábamos juntxs. Yo, sabiendo mi situación de venir de afuera pero ya perteneciendo, pensé "¡uh, copado! ¡ya estoy con él!". Después, aflojó con la parquidad y me dijo "esta noche hago chapatti de legumbres en mi casita de barro, vengan". ("uy, es hippie... y bue". También pensé que qué grosso que pudo construirse una casa en la situación en la que se vivía, así, de supervivencia, de naufragio -en este u otro mundo-, de post-guerra, de post-apocalipsis, algo así). Yo vivía en una carpa/inflable naranja gigante muy copada.
Aunque estaba medio mal por saber que no pertenecía, también me sentía libre. En parte por el lugar (incluso lo post-apocalíptico me hacía sentir libre) y en parte por sospechar estar en un sueño. A veces medio que vivo la vida así un poco. Todxs lo hacemos, seguro. Espero.

Me olvidé un poco cómo escribir. No fluyo. Debe ser que no leí más.
(Un amigo una vez comió "brownies especiales" y, al ser instado por mí a escribir en mi agenda (la eterna guardarecuerdos, tocaré ese tema más adelante), dijo, birome en mano: "¿cómo se escribe...?", "¿qué?", "no, ¿cómo se escribe?!". No era la ortografía de una palabra. No le salía escribir).

Quiero escribir un "elige tu propia aventura" para mis hijos. Debería escribirlo y ya, sin todas las pretensiones que tenía. El otro día leí un par y la verdad... re puedo. Me pidieron que lxs protagonistas sean ellos, Amelia, Amanda... Pero no sé, me da cosa andar matándolos/as.

Estuve mandando mails a las cuentas de correo que les hice a Casiel, Elián y Amelia. Espero que eso funcione. A veces me da cosa guardar tantos recuerdos en Internet: acá, en mi mail, ahora en esos mails (cuya única función es guardar recuerdos, justamente). ¿Y si pasa algo y se pierden? Igual, qué tanto guardar, guardar, si un día me voy a morir. Jajaja.

Le conté a Casiel que siempre quise tener un novio que me saque muchas fotos (o algunas fotos, lindas, artísticas), y no tuve (eso que hubo/hay un par con conocimientos y gusto por la fotografía, con ellos pensé "¡bien, por fin!". Pero no. ¿Qué onda?). Con mi alma de documentalista (como dice mi papá)  o documentartista (como me dijo mi pareja), es duro no tener fotos lindas y naturales mías. Había pensado decirle a mi pareja que quiero al menos UNA foto con Amelia y la teta afuera, dormidas a la mañana temprano. Baby steps. No pedirle un Doisneau sino poner una meta fija.
Ese mismo día Casiel me pidió permiso para agarrar mis celulares cuando quisiera, para hacerme una sorpresa. Más tarde descansaba en el sillón con Amelia dormida en brazos, y sentí un ruido. Era Cas sacándome fotos.
Es un hermoso. Me dijo "no hace falta que sea un novio, puede ser alguien que viva con vos y que esté mucho tiempo con vos". Mi hijo, mi hermoso y genial hijo. Morí de amor, obvio. También me sacó una foto más tarde, en el taller de niñus, dando teta con la mochila.