lunes, 23 de marzo de 2020

Optimista

Hace un par de horas habilitaron las materias de la carrera que empecé (Traductorado de Inglés). Me sentí muy cómoda. ¿Por qué? Porque las cuatro profesoras son mujeres. ¿Qué me encantó? Que el cuento con el que vamos a trabajar esta semana en Lengua Española es de Gioconda Belli. Y que en el video introductorio de otra materia eligieron como imagen de libro "The Waves" de Virginia Woolf.
Cuando estudiaba Letras estas cosas solo pasaban en Literatura Inglesa; en la primera clase la profesora dijo que quien no creía en la desigualdad entre hombre y mujer no debería cursarla. Fue hermoso.

Me doy cuenta del cambio y lo valoro mucho. Ojalá pronto podamos sentirnos cómodas y "entre nosotras" en esta sociedad y en este mundo. Por ahora el "entre nosotras" es un esfuerzo y nos lo invaden (personas y dinámicas/contaminaciones patriarcales).

(Recien googleé Literatura Inglesa en Puán (no exactamente así) para recordar el nombre de la mujer que dijo eso, y vi que desde hace años está un tipo. Quería decirle algo a esa profesora tan grossa. Voy a revisar mis apuntes para -al recordar su nombre- buscarla mejor.)

viernes, 13 de marzo de 2020

Guardar

En la cocina. Casiel por irse a acostar. "Se notó que estás premenstrual hoy, eh". "Se notó que estás en la edad el pavo, eh!" Y caminamos lus dos abrazaditus, Casiel haciendo sonidos de pavo.

Niños y niña ya durmiendo, Nahuel por, despidiéndose después de ver un poco de alguna serie. "Te extraño", "yo también... somos puro extrañamiento". "Sí, somos formalistas rusos a full... basta, loco".

Aaaah, y la persona que hoy me explicó que me clavó el visto varios días (al yo contarle por qué preferíamos no participar en cierto proyecto -en el que todavía no estábamos) diciéndome "como ustedes se retiraron yo retiré mi energía". Linda forma de llamarlo, ¡estabas enojada!
Pero ya está, de ahora en más uso retiré mi energía.

domingo, 1 de marzo de 2020

Necesito un curso intensivo de tiempos verbales.

Fuimos a la playa. Desde que soy mamá que no había tenido vacaciones. Tampoco es que antes las tenía, eh. Pero se sintió mucho más la necesidad de vacacionar desde que mi vida se volvió tan exigida. Y por fin pudimos, luego de tantos años. (Es cierto que viviendo acá... re zafa no "vacacionar". Tenemos ríos, lagos, montañas, es todo hermoso y más relajado y saludable que en otros lugares).

Mis hijos e hija conocieron el mar. 


Estuvo buenísimo.Y yo me puse feliz, como me pongo haciendo feria pero multiplicado y constante. Me levantaba temprano, lavaba los platos (¡YO lavando platos!!! eso dice mucho). ¡Pude leer! Vacaciones con 5 niños/as no es tanto para que las personas adultas se relajen, pero uno de los últimos días logré leer bastantes páginas durante una siesta de Amelia. Desde ese momento, cada vez que podía agarraba el libro para ver cómo seguía. Y lo voy a terminar acá en casa. ¡Emoción! Además es un libro re para mi, elegí bien. Es feminista y me identifico con la personaja. Como en la página 2, que Jean Rhys escribió:

“Somebody was playing the piano in one of the houses we passed - a tinkling sound like water running. I began to walk very slowly because I wanted to listen. But it got farther and farther away and then I couldn’t hear it any more. ‘Gone for ever,’ I thought. There was a tight feeling in my throat as if I wanted to cry,”

Traducción sacada de internet porque no quiero hacerlo ahora: "Alguien tocaba el piano en una de las casas por las que pasamos, un sonido cantarín, como de agua en movimiento. Aminoré el paso porque quería escucharlo. Pero se fue alejando cada vez más hasta que ya no pude oírlo. «Se ha ido para siempre», pensé. Sentí como un ahogo en la garganta, como si quisiera llorar."


-----

La amiga de la protagonista le dice, al ver que está leyendo Naná:

 " —Ése es un libro guarro, ¿no? 
    —Algunos trozos están bien —(...).
    —Lo conozco —añadió Maudie—; trata de una puta. Lo encuentro repugnante. Te apuesto a que un hombre que escribe un libro sobre una puta cuenta un montón de mentiras, de una forma u otra."

Grossa.


Abrí el google docs que uso para guardar "fragmentos que me gustan de libros que leo" y voy a copiar los que me fueron gustando del libro, además del citado recién. ¡Amo eso!!
Otra cosa que amo es la música. Quién no, ¿no? En este período, la amé más cuando servía para alejar de mi cerebro el incesante cantito que repetían niños y niñas desde el amanecer. Es cierto que cambiaban día a día y que una vez las pocas notas elegidas fueron de un tema de The White Stripes, pero igual. ¡Por favor... cómo queman la cabeza!!! Fui a un lugar con WiFi, me bajé las listas "Mañanas y tardes con Amelia" y "Hanging Out II", y empecé a poner música cuando tomaba mate, por ejemplo. Un poco paraban y otro poco mi cerebro elegía escuchar la música y silenciaba los cantitos desquiciantes. Recién puse el tema ese, "Seven Nation Army" y ya está, no lo soporto, me genera algo malo en la panza. jajaja

Manejé, aprovechando que estábamos en un pueblo chiquito y sin mucho tránsito. Estuvo genial pero soy muy torpe y colgada... me falta mucho. Mi hijo Elián era mi copiloto, ayudándome a trazar caminos sin avenidas con el mapa de la ciudad en mano y avisándome si venían autos, o que prenda las luces. Con respecto a los autos tuvo que modificar su forma porque me decía: "cuidado con el Ford Hyundai" (o algo así, esas creo que son dos marcas distintas) y yo: "¿quée? ¡decime el color, no el modelo!!" jajaja. Y también iba Amelia en su sillita. Una vez que quise estacionar a una cuadra del centro porque ni loca iba ahí, estaba avanzando despacito sobre la vereda (?!) y de golpe vi el cable de acero de un poste de luz. ¡Casi lo choco de frente!!! Soy un peligro. Por eso no manejo. Pero sí, necesito practicar y va a estar todo bien, supongo. Un día llevé a los/as 5 niños/as a la playa en la camioneta, y luego volví. Así que bastante me animé, con muuucho cuidado.



Junté algunos caracoles que me parecieron especiales y ahora hay dos o tres en el cuenco que tiene semillas de jacarandá, y piñas de algún viaje o lugar también especial que ya olvidé.
Abrí la ventana de la habitación y corté una flor silvestre bordó furioso, la prensé entre las hojas de The Handmaid's Tale, que no leí pero ahora lleva esa flor, unos granos de arena y olor a mar.



Llevé algunas cosas de cerámica a la casa que nos prestaron (aguanten mi mamá y Marce), entre ellas un mate spinetteano que quedó hermoso.  Allá me di cuenta de que mejor no lo dejaba, porque dice "la montaña es la montaña". Te prestan una casa en la playa, del otro lado de Río Negro -re estepa-, y dejás ese mensaje? es bardear. Jaja. "Todo bien con el mar pero la montaña es la montaña". Así que en este momento estoy en mi casa tomando mate con él (con el mate. Ojalá fuera con Spinetta).



Cuando engobo o perfilo mates en el torno y quiero hacer alguno de Spinetta (porque lo amo y para conocer almas gemelas spinetteanas en la feria, kindred spirits, diría Anne of Green Gables (ah, llevé ese libro y Anne of Avonlea, que no lo terminé cuando estaba embarazada. Pero no lo leí, también fue a pasear)), pongo su música para inspirarme. Una vez antes de poner play ya estaba tarareando (entonces es como dar amor) y puse esa parte de la letra. Otra vez el primer tema fue "la montaña es la montaña" y me di cuenta de que re daba!!! acá entre las montañas. Lo llevaron por eso; no encontré alma gemela Spinetteana con ese mate. Ojalá alguien alguna vez lo vea, en una casa o una plaza, en una oficina o en un aula, y sepa.

Nahuel hizo arreglos en la casa y también un par de banquetas re copadas, que soldó como pudo usando energía del generador que llevamos (no hay luz aún en la casa). Llevó la soldadora pensando en hacer una parrilla, pero con el viento que hay nos pareció que no daba (¡qué difícil el viento!!! Prefiero la lluvia o el frío). En un momento en el que yo estaba usando el silenciador de cánticos tortuosos y él revocaba, sonó "mi elemento" y él se puso a cantar "tiene cal y cemento, amor". Nos reimos.

Le hice cornalitos a la criança. Un par no comieron los ojos, y entiendo totalmente.

En el colectivo de larga distancia que tomamos para ir nos dieron de merienda un alfajor de marca "sin culpa". Casiel dijo: "¡claro! 'sin culpa', así lo llaman al alfajor. ¿Vos lo comiste? Vos jodete por el sabor, nosotros no tenemos la culpa".

Empecé a estudiar de nuevo, traductorado de inglés a distancia. Amo estudiar. Amo la lengua, amo el inglés. Leo en inglés, ya sabemos qué tipo de novelas.

Podría copiar acá 2 escritos que hice como parte de una tarea del curso introductorio, para que queden. Uno en especial, porque la idea la saqué de un post de este blog. Es este:

"Margot tenía una vara, que le habían dado de muy pequeña. La usaba para medir sus errores, para medir sus logros, para medir lo que hacía y lo que hacían las demás personas. Cuando se mudó a una gran ciudad -a los veintiún años-, medía sus pasos, que eran mucho más cortos, inciertos y temerosos que los caminados en su pueblo natal. Era como si ya no quisieran existir, los pasos, y posiblemente ella tampoco. Medía su participación en las aulas de la universidad y sentía que ella misma se iba haciendo más pequeña, o quizás la vara se hacía más larga; tan larga y pesada le fue pareciendo, que dejó de llevarla cuando salía.  Así descubrió que sus pasos resplandecían un poco más en la plaza de jacarandás, y conoció muchas buenas personas que brillaban como podían, como ella. Decidió dedicarse al oficio que le apasionaba, y disfrutarlo. Aun así, luego retornó a su pasión original, que eran los bosques y las montañas. Ya en su pueblo amado, un atardecer de blanco silencio invernal, Margot usó nuevamente la vara: la  partió en varios pedazos e hizo un fuego para calentarse junto a sus hijos."