


Y aquí hay un poco de mi mundo, para el que quiera visitarlo.
¡Hablan del blog en el diario Crítica de la Argentina! Dicen: "Por un cuento de Bradbury Cecilia eligió ser Margot, pero es muy Cecilia en El último rayo de sol, sobre todo desde que se enamoró de Pablo, se casó (fotos de la boda, la previa y los novios con un pie en el estribo del ómnibus, rumbo a la luna de miel) y tuvo un varoncito hace menos de un año. Margot/Cecilia vivió infancia y adolescencia en El Bolsón y hacía verano en Ramos Mejía, donde el cielo radiactivo de la ciudad la despertaba en una pesadilla. Conmovedora la reproducción de la carta mecanografiada que su padre fechó en "Lambaré", el 18 de enero de 1980, dando cuenta a unos amigos del nacimiento de su hija. Tiene su aura, como quien dice. Tiene su aura también el recorrido sentimental que Margot/Cecilia hace entre lo que recuerda y lo que explora. El epígrafe de Salvatore Quasimodo del blog es una advertencia: esta madre sopesa distancias cuando escribe."
Shirley - Charlotte Brontë

Hay atardeceres bajos, dorados a ras de tierra, en que el tiempo parece un fluir de esencias más que de horas.
María Granata

ahora
------- en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada
Alejandra Pizarnik

The blackbird fell into a long meditation, and Amber shut her eyes, listening, not with the ear, but with the soul. Here, where the sounds of the world died away like a lapsing tide, she heard the sad rumour that life makes, stirring and murmuring in the silver hush of nonentity. She heard the moth-flicker of worlds slipping out into their age-long life, and their return –faint as the hum of a spent bee- to their everlastingly mysterious cause.
Mary Webb

Frente al espejo, yo, la inevitable:
nada que agradecer en los útimos años,
nada, ni siquiera la paz con las señales de los renunciamientos
(...)
Estos ojos que vienen de muy lejos saben ver más allá,
hasta donde se quiebran las últimas astillas del reflejo
(...)
Aquí, frente al espejo, yo, la inevitable:
una imagen en sombras y toda la soledad multiplicada.
Olga Orozco

En el umbral de la pesadez, el poeta como la araña construye su camino en el cielo. En parte oculto a sí mismo, aparece a los demás, en los rayos de su astucia inaudita, mortalmente visible.
René Char

Meditación en el umbral
No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.
Rosario Castellanos

Yo mismo temo a veces que nada haya existido que mi memoria mienta que cada vez y siempre -puesto que yo he cambiado- cambie lo que he perdido
Liber Falco

Más allá de cualquier zona prohibida hay un espejo para nuestra triste transparencia.
Alejandra Pizarnik

Viví a la orilla de este río creyendo que miraba pasar el agua. Pero ahora sé que el agua me miraba pasar a mí.
Carlos María Dominguez

Yo
Yo soy la que en el mundo anda perdida,
la que en la vida no tiene acomodo,
soy la hermandad del sueño y, de este modo, soy la crucificada, dolorida.
¡Sombra de nieve tenue y desvaída
que un amargo destino, triste y fuerte,
empuja brutalmente hacia la muerte;
alma de luto siempre incomprendida!
Soy la que pasa, la que nadie ve.
Soy la que llaman triste sin dolerme,
soy la que llora sin saber por qué.
¡Yo soy la aparición que Alguien soñó,
Alguien que vino al mundo para verme
y que nunca en la vida me encontró!
Florbela Espan§a

¿Y la eternidad qué crees que es? Una manera inmensa de andar.
María Granata

Refundida con su tentación de igualdad, se dice que Lilith habita desde tiempos inmemorables en las profundidades del mar y que allí la retienen con reiteradas censuras los guardianes supremos para que no regrese a alborotar la vida de los hombres y de otras mujeres. Sin embargo, su sombra resurge de tiempo en tiempo, cuando el clamor de la reciprocidad se infiltra en el alegato de derechos y libertades o cuando una mujer descubre el significado recóndito de su creatividad.
Martha Robles

El sol estaba ya bajo. Resplandecían tan sólo las crestas de los árboles. La gente, en cambio, se movía sobre los caminos en la luz cenagosa del atardecer. La música de la calesita sonaba alegremente, pero era una alegría ajena y solitaria.
Haroldo Conti


jajajaja, buenísimo!
ResponderBorrarPobre Casiel!
Che, respecto a cambiar la plantilla, animate! De última podés siempre volver a la antigua plantilla porque te la guardan.
besote!
Ah, pensé que había algo de "trampa" con volver a la antigua plantilla.
ResponderBorrarTal vez pruebe, pero algún día que tenga tiempo para arreglar todo.
Besos!!!
jaja, lo voy a tener en cuenta.
ResponderBorrarPor suerte a Ulises no se le ocurrió todavía abrir la heladera,así que no le voy a mostrar este post.
Besos,
Jajajaja, bueno.
ResponderBorrarUn beso!!
Jajajaja!!!!
ResponderBorrar:)
ResponderBorrarBuenísima idea!!!!
ResponderBorrarla voy a tener en cuenta :)
Besos
Jejeje, buenísimo.
ResponderBorrarBeso!
Sí está bueno, pero por qué les gusta tanto la heladera?
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