domingo, 20 de noviembre de 2005
Encontrada en la valija negra
Selenion
Es una noche
en la que el óxido de las flores
es absorbido por cada uno de mis poros,
que sólo logran escuchar
el grito eterno de las almas que recitan su callosa esencia.
Ellas sólo esperan que llegue el amancecer
para salir corriendo
hacia un hato de preces,
la marea de sangre huérfana que puebla el planeta.
Y yo camino por su música,
que mensura en el abismo
los engranajes de las lágrimas
que los amanerados cuervos de la nostalgia
desplegaron sobre la hierba.
Descubro mi semblante reflejado
en cada escalofrío de esta noche agonizante,
y sólo espero
que el rocío me cubra cuando acabe.
Ceci. 26/9/98
Es una noche
en la que el óxido de las flores
es absorbido por cada uno de mis poros,
que sólo logran escuchar
el grito eterno de las almas que recitan su callosa esencia.
Ellas sólo esperan que llegue el amancecer
para salir corriendo
hacia un hato de preces,
la marea de sangre huérfana que puebla el planeta.
Y yo camino por su música,
que mensura en el abismo
los engranajes de las lágrimas
que los amanerados cuervos de la nostalgia
desplegaron sobre la hierba.
Descubro mi semblante reflejado
en cada escalofrío de esta noche agonizante,
y sólo espero
que el rocío me cubra cuando acabe.
Ceci. 26/9/98
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