martes, 7 de octubre de 2008
Huellas por la vida
Hace unos meses llevamos a nuestro bebé al jardín de mis abuelos en Ramos Mejía y jugó por primera vez descalzo en el pasto.
Después de un rato observé sus pies y manos manchados de tierra, y sentí mucha felicidad.
Y la sigo sintiendo cada vez que se ensucia con tierra, pasto y hojitas.
Me preguntó si eso cambiará, y cuándo.
Después de un rato observé sus pies y manos manchados de tierra, y sentí mucha felicidad.
Y la sigo sintiendo cada vez que se ensucia con tierra, pasto y hojitas.
Me preguntó si eso cambiará, y cuándo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
















No hay comentarios.:
Publicar un comentario