viernes, 23 de febrero de 2007

Mezcla de hierbas naturales

Gastritis de nuevo. Estoy muy tensa, muy nerviosa. Mi amigo tilo vuelve a hacerme compañía. En realidad, estoy abriendo mi colección de té. En la secundaria empecé a coleccionar saquitos de té (ensobrados, mientras más lindos y raros mejor). Mi colección creo que andaba cerca de los 70 saquitos, cuando la olvidé. No es mucho esa cantidad, lo sé. No me dediqué tanto. Cuando un saquito se cruzaba por mi camino, lo añadía. Fue bueno vivir en Estados Unidos, porque allá conseguí muchos raros. Están en una lata de Caprice, y al abrirla salen vahos aromáticos de todo tipo. Hasta narcóticos, como decía un amigo mío. Ahora es re lindo probar un saquito de té de vez en cuando: elegir bien, y tratar de recordar de dónde lo saqué.

El cantante de Coldplay me regaló una caja de bombones. Bueno... en realidad, se la dio a mi futuro marido, porque se estuvo relacionando con ellos en su trabajo. Y, obviamente, ahora es mía (golosa universal). ¡Pero no puedo comerlos!!!

No quiero trabajar más de cajera. Mañana debería volver, y voy a contarles que me caso y que todavía no me siento bien, y probablemente me echen. Espero que quede todo bien, igual. Nunca se sabe. Lo que sí: ¡un nuevo oficio en mi atestado Curriculum! Pareciera que los coleccione, como al té.

jueves, 15 de febrero de 2007

¿Volverás?

Creo que mi cerebro (y con eso me refiero a mi parte racional) se fue de vacaciones hace tiempo.

No estoy segura de si eso es algo bueno o malo.

(Para colmo odio las dualidades, especialmente las morales, así que por suerte se fue también esa parte que clasifica en "bueno o malo").

martes, 13 de febrero de 2007

Números y aventuras recatadas

Insisto en que no es conveniente que una persona con leve dislexia sea cajera. Hoy le dije a una mina "doscientos diecinueve con veintitré..., no, no: doscientos noventa y uno con veintitrés". La cara de la mujer no fue de alegría.

Tampoco va a ser de alegría la cara de la viejita a la que le llegue en el envío la caja 219 en vez de la 912.
(Me acabo de dar cuenta de que fue con las mismas cifras, qué loco).

Hablando de plata, hoy en los colectivos gané un poco. Primero esperé el colectivo junto a una pareja muy melosa. Cuando llegó mi amigo el 26 los dejé subir primero a ellos porque estaban antes, pero cuando pasó la chica, el chico me dejó pasar. Entonces le dije al chofer "75" (no, no le dije "57"), y cuando puse las monedas, salió el boleto y también mis monedas. Las agarré, y con la palma hacia arriba miré para adelante, como no sabiendo qué hacer, lista para decirle al chofer. Y el meloso me dijo "BUENSIMOOOO...!", y la melosa lo cerró con un "ya fué" (seguramente vieron mi cara de desconcierto). Lo peor es que se los cagué a ellos por dejarme primero. Y me fui al fondo con mi pasaje gratis.
Después subí al 134 y cuando metí la mano en el "compartimiento" del vuelto había 10 centavos de más. Yo se que no es mucho, pero... es notable que pase, especialmente dos veces en un día.

Aventuras de una cajera:
Voy a contar lo que dijo un tarado. El tipo, de unos 45 años, cuando llega la hora de pagar, me tira la libretita de "tickets total" en la banda de la caja. Le pido si por favor los corta del talonario (porque me dijeron que lo tiene que hacer el cliente, que si yo los rompo cago yo, y no es mi responsabilidad), y me dice que no, que los corte yo. Y mal. Y yo sigo paz y amor y le digo que no puedo, que no me corresponde. Me dice que no se va a poner a cortar los tickets ahora (¿qué, y yo sí????), le digo, de nuevo, que yo no puedo. Y me dice "ustedes aceptan estos tickets, hagánse cargo" (!!!!). Me dieron ganas de decirle "usted lo acepta cuando cobra, y tiene SU NOMBRE y su número de documento, hágase cargo". Pero le dije que llamaba a una supervisora si quería. Y quiso. "Idiota total". Mientras venía la supervisora él me dijo que los tickets se rompen, que él no quiere pasar ese riesgo. Le dije que de última ese era un problemaa plantear con la empresa de los tickets y no con el supermercado. Y vino la supervisora. Ella le cortó los tickets (puteandolo por lo bajo), y él debería haberse metido el resto en el...
Me parecio gracioso pensar por qué sería así en la caja, y me dio un poco de risa pensar cómo la mujer lo cuernea o el jefe le hace la vida imposible y lo humilla día a día.
En los casos de esta gente idiota yo mantengo mi perfil sumiso y sincero "mire, me dijeron que no podía, yo soy nueva y hago las cosas como me dicen, además si los rompo es MI responsabilidad", mientras mi lado cínico se regodea en pensamientos de alguien que en realidad no aspira a ser la cajera del mes.

Tendría que haber estudiado más historia? No, tendría que haber sociabilizado más.

Estaba pensando... yo soy o muy colgada o muy inocente o pelotuda. Cuando tenía 9 años, en la feria de El Bolsón, compré mi tradicional alfajor de maicena de los sábados (mis hermanos se pedían un waffle de dulce de leche y crema en el puesto de los alemanes, y yo por rebelde pelotuda me auto-cagaba con un alfajorcito), y la viejita que los hacía me dijo "este billete estuvo en la guerra!". Y yo le dije "¿en serio?", y la miraba con los ojitos bien abiertos, esperando que me cuente una re historia mientras disfrutaba mi alfajor reseco. Pero por su cara rara me fui a la mierda.
Eso no es lo que origina mi planteo inicial, porque era una niña. Pero el otro día mi abuelo me prestó su paraguas para que volvamos a casa con mi Pablo, el día de la tormenta (5 posts más abajo), y me dijo que el paraguas había sobrevivido una guerra, y le hice la misma pregunta: "¿en serio?". Creo que no me escuchó. Para colmo... ¡mi abuelo no fue a ninguna guerra!!! Soy muy idiota.

sábado, 3 de febrero de 2007

Y acá estamos...

Escuchando la radio de tango en casa, ropa en remojo en la bañera, el ventilador que no me apunta a mí: apunta a la compu. ¡Se apaga sola! Y creemos que es porque tiene calor.
Planeando el casamiento, que va a ser en El Bolsón, en marzo (buenísimo porque ya lo extraño demasiado). Usando los tacos que me pondré en la fiesta, para acostumbrarme a la altura.

El otro día hablando con mis primitas me dí cuenta de que mi colectivo preferido y siempre usado en USA era el 26. ¡Igual que acá! Y cuando lo hablé con ellas, tenía 26 años. Ahora ya no. Empecé mi cumple, hace casi un mes, con mis tres primos que quiero mucho, el novio de mi prima mayor, y mi Pablo. Fuimos a un bar con juegos de mesa (si hubiéramos jugado bien al que elegimos, hubiera sido más divertido; pero nos dimos cuenta después cómo era). Es notable, pero en el aspecto musical empecé como el año pasado. Pasaron más de una hora de U2, y justo antes de las doce.

Ahora trabajo de cajera en un supermercado importante. Voy tres días y está bueno. Está bien organizado y pagan bien. No saben que me voy 20 días en marzo. Pero si está todo bien, tal vez hasta sea capaz de volver después del casamiento y la luna de miel.

Los trabajos en atención al público no son para mí. Lo raro es que de 21 trabajos que tengo listados en mi curriculum, casi la mitad poseen la atención al público como rasgo importantísimo. Cuando empiezo en un trabajo así sufro mucho (aunque no se nota: los clientes muchas veces me dicen que soy muy amable, eficiente, y siempre sonriendo), y me dedico -por ejemplo, cuando voy caminando por la calle- a comparar el resto de los trabajos de atención al público con el mío. Y todos siempre son mejores. Paso por un cyber o kiosco y digo "claro, acá tendría que trabajar yo, es menos complicado" (si ese no es mi trabajo actual). Y así.
Soy re Gata Flora.

Observación de la semana: No es conveniente que una persona con leve dislexia sea cajera.