miércoles, 27 de mayo de 2009

Letritas

La parte que más me gusta del Traductorado de Inglés (además de leer cuentos) es la que da un Licenciado en Letras. Y sí, Letras era (bueno, es) lo mío. Buenos Aires no era lo mío.
Vuelvo a leer a Borges, Derrida, Nietzsche y Benjamin. Cuento con dos versiones de Orlando (de Virginia Woolf), una de ellas en Inglés y la otra traducida por Borges, así que puedo acercarme a su traducción y yo también observarlo con ojo crítico, como él lo hizo con tantos literatos que realizaron traducciones.
Está bueno aprender así.

Como es a distancia muchos de los apuntes están en Word, y alguien se tomó el trabajo de pasarlos. Podría ofrecerme para hacerles correcciones o Data Entry y que me lo descuenten de la cuota. ¡Hay bastantes errores! Y no da (especialmente cuando se está aprendiendo a perfeccionar otro idioma).

El más gracioso es:
"La coherencia y cohesión textual son cualidades que deben presentar todo texto bien escrito."

No, no es un ejemplo puesto adrede.

martes, 26 de mayo de 2009

Post TOOONTO

Comentario con contenido insólito del día:
"Pará, ¿no ves que estoy cosiendo mis anteojos?"

Claro, lo que pasa es que se les salió un tornillito y se escapa uno de los cristales; como no quiero caminar cuatro kilómetros hasta la óptica, lo arreglo como puedo. Con aguja e hilo. ¡Quedaron bien!

Me gusta hacer que las acciones suenen extravagantes. Como cuando mi primita le reclamaba atención a mi tía, que subida a una silla cambiaba el foquito de la heladera, a lo que yo le dije: "Pará, Dani, ¿no ves que tu mamá está adentro de la heladera?". Y mi tía se rió por media hora.

domingo, 17 de mayo de 2009

El secreto de combinar la banana

El otro día comí unas milanesas que había mientras chateaba en la compu. Pablo no quería milanesas; se quería cocinar otra cosa.
Y así estuvo un rato en la cocina mientras miraba Matrix por enésima vez.
En un momento me fui a calentar la cola a la estufa, y vino muy contento con una cuchara: "probá esto"; "qué tiene?"; "ah, no sé, probá, vas a ver"; "mhmm, no sé..."; "confiá en mí".

Probé.

¡POR DIOS!

No podía describir cuál era el sabor más feo dentro de la combinación.
Creo que la banana. ¡BANANA!

Después lo supe.
Se hizo un guisito muy peculiar, combinando sin escrúpulos:
- Manteca
- Cebolla
- Mostaza
- Ajos
- Banana
- Masala (mezcla de ají, pimientas, mostazas, todo ahumado)
- Sal
- Roquefort
- Hongos de pino remojados
- Ajitos ahumados
- Páprika
- Arroz
- Huevo
- Queso mantecoso

Creo que el secreto de la cocina está en saber combinar. Especialmente en tratar de no mezclar demasiados sabores fuertes, como hongos, mostaza, ahumado, roquefort...
Y también creo que mi marido tiene un paladar muy, muy especial. Lo bueno es que siempre le gusta lo que cocino. Cuando hace un par de años le gustó un budín de zanahoria que hice que quedó básicamente engrudo bañado en más engrudo blanco (salsa blanca), me quedé tranquila: en la cocina no iba a ser criticada.
Igual, está buenísimo que experimente con la gastronomía. Creo que su papá le contó que cuando era marinero salteaban jamón con banana. Y también está la suprema a la Maryland. Pero, de ahí a mezclarla con hongos, roquefort, mostaza...

Digamos que me quedé con las milanesas recalentadas.

¡Salsa!

El viernes a la noche salí con mi amiga y me divertí muchísimo. Como dijo Pablo, hacía más de dos años que no salía de verdad.
Fuimos a una fiesta de salsa que nos mencionaron en las clases de los martes. En las que, by the way, nos pasaron de grado: ahora vamos, como siempre, al nivel inicial y nos quedamos la segunda hora en el nivel más avanzado. Y realmente está bueno, porque los hombres nos llevan re bien y ahí aprendemos más.
Pero donde realmente aprendimos es ¡en la fiesta de salsa!

No había mucha gente, y yo conocía a casi todos de las fiestas que organizaba mi hermana salsera. Eso estuvo buenísimo para mí: bailé con todos conocidos. Al principio pensé que no iba a bailar, pero me sacaron, bailé, me encantó, y seguí toda la noche. Quedamos tan cebadas que cuando nos echaron del lugar (luces prendidas y demás), fuimos a un boliche a seguir bailando. Ahí ya no conocía a tanta gente, y había muchos niños (estaba la hija de mi amiga, así que imagínense el cambio).

Descubrí lo lindo de bailar.

Y me sentí linda yo a través de la mirada externa, lo cual me hizo bien. Piropos, miradas, atenciones, ese tipo de cosas. Yo no fomenté nada, es más, me la pasé diciendo que estaba casada y que mi marido estaba en casa cuidando al babé (frente a eso a veces recibía reacciones típicas, según Pablo, que son agarrarse la cabeza y lamentarse, decirme que mi marido es un hombre afortunado, y la más desubicada: decirme que no parece que haya tenido un bebé, por mi cuerpo).

Conocí más a los compañeros de salsa, y, junto a los salseros viejos que ya conozco, forman un grupo muy lindo.

Me dieron ganas de que Pablo los conozca a todos también. Ya se dará, porque en un par de semanas hay una reunión dominguera en la que juntan a todos los grupos y podemos ir con quien querramos.

viernes, 15 de mayo de 2009

Mysterious Ways

En esta tarde otoñal el viento mueve los árboles de una forma misteriosa.

A primera vista parecería que hay alguien sacudiéndolos con mucho entusiasmo. Pero no hay nadie, están libres.

Tal vez no sea sólo el viento.
¿Es que están bailando?

viernes, 8 de mayo de 2009

Semana

Parece que mientras Pablo y yo discutíamos un día alguno tocó algo raro en el teléfono y se grabó el mensaje del contestador. Lo que escuchan todos los que llaman. ¡Estuvo como una semana! Para colmo no sé lo que decíamos porque Pablo, cuando su mamá le dijo muy consternada, le cortó y borró el mensaje de salida.
Y bueno. Como dijo mi mamá: si alguien escuchó algo que no le gustó, que se joda por no haber cortado. Mi amiga llamó pero al escuchar eso cortó (y por eso no me puede decir qué corno dijimos).

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Me encantan las novelas de Mary Webb. La conocí porque encontré de casualidad dos de sus libros y me enamoré instantáneamente. Fue en un local de libros usados que tienen dos viejitos en Bariloche. Son de la misma colección: tienen tapa verde dura y rugosa, y la representación de una pintura en la primer hoja, donde está escrito a mano en letra cursiva un nombre casi ilegible, el apellido Ford, y el año 1931. Cuando la leí me encantó, me envició, me inundé del mundo que ella creó en esas páginas.
Después encontré sus novelas en internet, pero como no leo en la compu le pedí a mi papá que me imprima una, y no solo la imprimió sino que la encuadernó él a mano! Y eso es lo que estoy leyendo ahora. Pero la voy a terminar, y eso es triste...

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En una semana me encontré con dos de mis exes grossos y con un ex alguito. Vida de pueblo...
Pero igual me gusta ver a mis exes (nada raro, eh), yo los elegí en su momento por ser personas especiales (y sí o sí buenas, si no no). Los quiero y me gusta verlos bien.